CAPÍTULO DOS
CUANDO RÍE LA OSCURIDAD
BABA
Juré no regresar…
Las tres noches que siguieron a esa conversación no pude dormir, pesadillas
apocalípticas mezcladas con naves espaciales y muertos vivientes no me lo
permitieron. No encontraba respuestas en google, ni en casa, ni en nada. Un
hombre, un artista de carácter sereno, alegre, con facilidad para llegar a los
demás, un maestro de teatro que con una mirada y pocas palabras era admirado
por sus estudiantes quienes veían en él al cabo de poco tiempo de sus clases,
un padre, un amigo, un líder a seguir… ¿Ese hombre era a la vez un ángel de la
muerte? Un “Conocedor de mundos espirituales” un esotérico, ¿Un ocultista que
vivía una doble vida? ¿El arte vs la brujería? Tantas ideas mezclándose en un
mismo caldo, posturas religiosas, ovnis, fuerzas del bien y del mal…No hallaba
respuestas ni lógicas, ni ilógicas… Debía saber más, pero seguir investigando
¿podría acaso convertirme en un loco más? Quise conversarlo con amigos, pero
era imposible, ¿se reirían de mí? O tal vez… ¿Expondría al guardián?
Sí, me estaba
volviendo loco, las preguntas sin responder no lograban dejarme descansar…
Vencido, necesitando paz, Al tercer día (como una resurrección), lo llamé.
- ¿Dónde puedo
verte?
- Estoy “acampando”
en casa de la mujer que debo ayudar, si lo deseas, ven.
Colgué el
teléfono. No necesitó decirme más, tomé un carro y fui, al tocar la puerta, la
hija me hizo pasar directamente a la habitación donde al lado de la mujer
enferma, él con los ojos cerrados ponía sus manos sobre ella. Había más gente
en otros espacios de la casa, podía escuchar sus voces, pero no sabía quiénes
eran; La hija se disculpó y salió de la habitación dejándome como observador
del evento.
Me quedé en
silencio mirando el cuadro, ella descansaba, él concentrado acusaba por su ceño
fruncido pequeñas muestras de dolor. De pronto sonó un teléfono celular que
estaba sobre una mesita cerca de mí, el resto de gente no pareció oírlo, él no
se movió de su posición, la mujer seguía dormida. Pensé que el ruido podría
interferir en lo que él estuviese haciendo o despertar a la mujer y rápidamente
contesté la llamada.
- Él se encuentra
ocupado en este momento.
- Lo entiendo –
Era la voz de una mujer - ¿Eres quien lo acompaña a las visitas verdad?
- Creo que sí… Si
quieres dejarle algún mensaje
- Sí – Me
interrumpió – Dile que mi abuela dejó todo en paz, que volvió a reír con todos,
que perdonó rencillas y reunió de nuevo a la familia. Como él lo dijo, después
de tres días hoy falleció. Todos estamos bien, dale las gracias de mi parte por
favor.
- Sí, claro… Le
diré…
Colgó la llamada y
me quedé por unos instantes congelado con el teléfono en la oreja. ¿Era verdad
lo que acababa de escuchar? Entonces él de pie con sus manos sobre la mujer, se
dobló, su gesto ya no era de un leve dolor, era angustiante y la soltó
abruptamente haciéndose a un lado, tambaleando al caminar
- ¿Estás bien?
- No te preocupes…
Lo estaré.
Su respiración era
agitada y puso su mano derecha sobre su pecho, mientras movía torpemente la
mano izquierda que colgaba del brazo sin movimiento.
- ¿Estás seguro?
- Sí… calma…
Lejos de calmarme,
ver sus ojos, su rostro excesivamente pálido al responderme me preocupó más.
Las venas de su frente estaban brotadas, se veían hinchadas y azules, sus ojos
enrojecidos e hinchados también, su respiración agitada, su gesto de dolor, su
evidente mareo…
- Por favor
siéntate – Lo ayudé a llegar a una silla en la habitación, su pulso volaba y su
piel estaba helada.
- Llama a Tahya
por favor…- su pedido era entre cortado, como aguantando un gran dolor.
- ¡Claro! – Salí
rápidamente a la puerta de la habitación por donde pasaba la hija de la mujer
- ¿Tú eres Tahya?
Pide que la llame.
- No, iré a
avisarle.
Volví a la
habitación, él seguía sentado en la silla, el color estaba regresando a su
rostro, las venas bajaban su intensidad, su respiración era ya más calmada.
- Creí que podría…
Debí prepararme antes
- ¿Podrías qué? –
No sabía de qué me estaba hablando.
- Está atrapada,
no puede liberarse; quise entrar ahí para ayudarla a salir, pero es justamente
lo que él quiere, tenerme ahí.
- Perdona, sigo
sin entender, ¿salir de dónde? ¿Tenerte dónde?
- En la cuarta
dimensión.
- ¿Pero ella está
aquí, en la tercera no?
- Está muriendo,
eso la hace deambular entre ambas dimensiones, hasta cruzar definitivamente; Al
cruzar seguiría camino, pero no podrá hacerlo hasta que él la libere; la tiene
atrapada sin poder moverse ni aquí, ni allá, a la espera de mi ingreso.
- Pero… -Mis
preguntas eran tan locas como sus respuestas- ¿puede ella, puedo yo, entrar a
la cuarta dimensión sin haber muerto?
- Todo ser cruza
en sus últimos momentos por pequeñas etapas a la cuarta dimensión, mira, se
acerca a seres queridos, trata de hacerse sentir. Ella está entre los dos espacios
y aunque sean sus últimos momentos, no podrá irse, ni estar aquí; Él la
mantiene así para que no pueda partir. Tú no puedes entrar, solo podrías
visualizarla si tus ojos fueran más agudos.
- ¿y tú sí puedes
ingresar a la cuarta dimensión sin morir?
- Sí. Es lo que
intenté al notar su energía suspendida entre ambos espacios, quise ayudarla,
pero él es fuerte y está anclado como yo a un cuerpo físico.
- Pero… ¿cómo?
- Haciendo un
desdoblamiento completo, dejando mi cuerpo con un porcentaje mínimo de mi
energía para poder volver, él está haciendo lo mismo, pero asistido por algún
tipo de tecnología, eso le asegura extender su tiempo ahí para sujetarla y
regresar intacto, yo podría morir si permanezco.
Seguía sin
entender, la mujer aparentemente dormida, respiraba a pesar de los tubos con
gran dificultad, Tahya ingresó a la habitación.
- (Tahya)- ¿Estás
bien?
- (Él) – Ya mejor…
Pude irme, el dolor de cabeza, brazo y pecho, fueron muy intensos.
Ella se inclinó
hacia él sujetando su mano. Era una mujer guapa, demasiado tal vez, para poder
verla como una asistente de “locuras”; Su dulzura me dejó sin palabras… Lo
miraba con un brillo diferente en sus ojos, al brillo que haya podido ver en
cualquier mujer, ¿amor? La hija de la mujer que permanecía postrada, sin
movimiento, ingresó a la habitación, entregándole a él un nuevo papel.
- Es lo último que
escribió ayer por la mañana antes de quedarse dormida, es para ti.
Él lo leyó:
“Anoche ya muy
tarde me vinieron a buscar, a mí y a una niña más grande que también estaba
aquí, yo salí caminando de las manos de los dos vestidos de blanco, porque
sentí confianza. Luego nos colocaron algo (como un frejol) atrás de las orejas.
Había muchos niños, la niña que estaba conmigo lloraba mucho y yo le prometí
que cuando tú la tocaras ella estaría bien. Ella sentía que lo que le habían
puesto quemaría, luego ya no la pude ver. Me dejaron aquí. Me dijeron que hoy
entre las 2 y 6 am ya no sufriría más. Entonces me indicaron que habían
agarrado ya al principal y que ya no estaría “ÉL” pero sí alguien que haría sus
partes, tú, pero no recibirías nada de “ÉL”. Me dijeron que Tahya era tu perro
faldero, que todo lo que dices ella lo hace. Pregunté por la niña y me dijeron
que ya no estaba, que la olvidaríamos, que eso que tenía, iría poco a poco
consumiéndola como a mí. Que yo ya no podría salir a menos que tú quisieras; A
las 2 am estarían aquí, para que tú hicieras el cambio de tu vida por la mía.
Dijo que tú quieres usarme de escudo, si no, todo ya hubiera terminado, después
no recuerdo nada, solo que estaban limpiando una herida que yo no sabía si era
mía, de la niña o de quien más”.
Hubo silencio… La
hija tenía sus ojos húmedos, Tahya evidenciaba preocupación con la mirada firme
sobre él, yo me encontraba totalmente perdido, luchando con mi cerebro para
tratar de entender.
- ¿Qué haremos? –
La pregunta de Tahya era urgente.
- Ella lo
permitió, su temor la hundió en un mundo físico que es el irreal, su destino
aquí por su propia decisión de venir era otro. No puedo permitir que la atrape…
Por ser quien es, está siendo utilizada para llegar a mí.
La frase de él
logró escarapelarme el cuerpo… ¿Quién era ella? ¿Quién la estaba utilizando?
¿Quién es él? Un caminante… ¿Guardián de qué? Nada tenía sentido.
- Debo salir. – Él
se despidió intempestivamente.
- ¿Voy contigo? –
Tahya quería acompañarlo
- No, volveré
temprano.
Al salir de la
habitación donde Tahya quedó cuidando a la mujer, fui tras él, la hija de la
mujer nos siguió.
- ¿Qué dijo el
médico? – Preguntó a la hija
- Dice que entró
en coma, era lo esperado, no despertará y sus signos vitales van disminuyendo.
- Volveré antes de
las 2 am.
- ¿No será tarde?
- No se irá sin
esperarme.
Él empezó a
caminar, yo lo seguí despidiéndome torpemente de la chica antes de que cerrara
la puerta.
- ¿A dónde vas?
¿Puedo acompañarte?
- A tomar un café.
Volvimos a su
departamento, él encendió la computadora y como dijo, preparó café.
- ¿Quieres?
- Sí, gracias…
Hubiese preferido
un buen trago para relajarme y ametrallarlo con preguntas.
- ¿Escribirás?
- ¿Ahora?
- ¿Por qué no?
- Pensé que
estarías preocupado, ¿no es inoportuno?
- Al contrario, es
necesario… No es mucho el tiempo que me queda y es mucho lo que tengo que
decir.
- ¿Morirá hoy?
- Tal vez…
- ¿Intentarás
salvarla de la muerte?
- No. Es un ciclo
natural, no es de “la muerte” de lo que debo salvarla, es de la energía que
quiere retenerla para llevarme con ella.
- Cada vez
entiendo menos… ¿Quieres decir que está poseía o algo así?
- Algo así…
¿Escribes?
Me senté en el pc
y abrí el documento.
- Lo haré, pero
haré preguntas.
- Las responderé,
pero por favor; escribe.
“En un principio
todo era un solo cuerpo, una sola etapa, una sola forma… Al crearse los
espacios, todo fue creciendo y tras un parto de la sola forma los espacios se
dividieron…
- Eso ya lo
dijiste…
- Sigue por favor…
- Continuó.
“Antes de la
división dentro de ese cuerpo, en el centro mismo de él, se produjo un
estallido que regó las partes de la forma prolongándola, creando luces de
colores al descomponerse el único color de la luz, cruzando las distancias no
definidas, haciendo más extensa la forma sin forma, ahora dividida en un
infinito movimiento de cuerpos nuevos, que a su vez creaban vida abriendo la
forma en más formas, dando a la dimensión otras dimensiones que la
multiplicaron doce veces más después de la inicial, dejando la integridad del
treceavo lugar como conciencia individual”.
- Espera… ¿No eran
seis dimensiones?
- No, son más…
- ¿Doce?, ¿trece
dimensiones?
- Escribe.
“La séptima
dimensión es la computadora de ubicaciones… Ver con claridad ahí es muy
difícil, todo pasa ante los ojos desencarnados rápidamente, luces, colores,
formas, lugares. Es un lugar indefinible, hermoso y aterrador. De movimientos
visuales acelerados que confunden. Es el lugar a donde ingresan los espíritus
que ya han llegado a la décima y doceava dimensión. Van ahí para saber dónde y
porque es necesaria alguna ayuda, para evaluar las fuerzas, las estrategias
necesarias para el equilibrio. Ahí está todo el tiempo real. El pasado, el presente
y el futuro con todas sus posibilidades. Es un abanico para ampliar el
entendimiento, pero justamente por ser el lugar de las amplitudes sin límite,
es también un lugar muy visitado por los espíritus que lejos de buscar el
equilibrio, buscan dañar. Siendo la computadora de ubicaciones, imaginarás que
las visitas no las hacen simples estudiantes…
La octava
dimensión. Es el lugar de auto tortura que alberga a los seres negativos por
eternidades que ellos mismos determinan. Lugar de calor asfixiante y frío
paralizante. “fuego helado” de las almas que escogen permanecer ahí, aferradas
al no entendimiento de la creación, ni aceptación del amor. Todo el tiempo se
escuchan lamentos mezclados con risas de burla y gruñidos. Un extraño lodo
cubre a los seres hasta la mitad de sus cuerpos. No son físicos y sin embargo
son visibles y corpóreos. Es un lugar helado que quema, sus habitantes no salen
de ahí porque no quieren. Pretenden atrapar a quien puedan e impedir que los
seres sigan su rumbo justo.”
- ¿Te parece justo
que exista un lugar así?
- La justicia no
se mide por lo que consideres bueno o malo, no tiene una vara humana; La
justicia es el balance exacto de las fuerzas, de las formas, de la energía, no
hay un solo polo, hay positivo y negativo y en el medio la neutralidad… Los
seres ahí no quieren aceptar su justa medida de uno entre trece e intentar
convencerlos, ayudarlos, es atentar contra su libre albedrío. Nada, nadie los
envió ahí, ellos por su forma de querer ver las cosas, por sus actitudes destructivas,
dañinas, labraron su camino y no quieren, no son capaces de ver otro lugar…
Cada ser debe encontrar dentro de sí mismo las respuestas.
Reclamé por la
existencia de ese lugar a mis ojos horrible, una suerte de infierno con imagen
de purgatorio ¿a donde se puede escoger estar?... sonaba confuso e injusto.
“Sigue la novena
dimensión. Dentro todo es oscuridad, no se puede ver. Es un gran agujero negro
cuya cercanía causa debilidad. Estar cerca del ingreso produce mareo, sopor,
una sensación de casi perder el conocimiento. Es el paso hacia el punto oscuro
de la nada. La novena dimensión es la casa del daño, del miedo, del NO, de la
destrucción”.
- ¿Por qué se
permite su existencia?
- Son doce los
lugares o dimensiones que salen y regresan al treceavo lugar que es la
consciencia creadora de todos los lugares. Este lugar oscuro, noveno espacio
del todo, es el peso contrario en la balanza de la creación. Sin él, la
perfección no podría existir, pues la balanza no tendría contrapeso. Su
existencia es necesaria para completar ese Todo. Pero como podrás ver, es UN
espacio entre doce y ése es y debe seguir siendo su tamaño y ubicación. De lo
contrario todo sería caos.
- Pero destrucción
hay en todas partes, no es algo exclusivo de una “dimensión”
- Es verdad, pero
todo tiene un por qué. De no haber existido creación en esa dimensión, no
habría destrucción en las otras dimensiones.
- ¿Creación dentro
de la destrucción? ¿Es posible?
“El momento del
estallido creador de los espacios, causó gran confusión en el todo temblando
cada lugar, hasta definir su individualidad. Fue en ese momento de confusión
del cuerpo, que el noveno espacio pudo parir por primera y única vez, de él
nació una forma material muy densa, que fue expulsada como roca hacia la
tercera dimensión por ser este el lugar de la densidad. Esa forma capaz de
cambiar su forma, recorrió los espacios de esa dimensión, se adaptó, creció;
tuvo ojos para ver, inteligencia fría para aprender, astucia para a pesar de no
pertenecer al espacio de manera natural, permanecer y se quedó por eternidades
sin tiempo en la tercera dimensión, intentando crear siempre el caos”.
- ¿Un ser de otra
dimensión con cuerpo viviendo entre nosotros?
- Sí.
- ¿Qué forma
tiene? ¿Cómo es?
- La forma que el
elija, pero siempre fue y será inevitablemente húmedo, gris, baboso…
Recordé
inmediatamente la descripción que la mujer hiciera en su primera carta y se me
congeló la sangre.
- ¿Satanás?
Su carcajada fue
total, yo hacía preguntas con las palabras que podía visualizar.
- No estoy
hablando de un ser imaginario narrado en una religión, Toma mil formas, pero es
tan corpóreo como cualquiera, un ser físico, real.
- ¿Cómo se llama?
- Tiene muchos
nombres… Contaba una vieja amiga que en el fondo de la tierra existía una
suerte de duende maligno que manejaba una consola con muchas palancas y desde
ahí controlaba este mundo, a ese ser le llamaban Chipilín.- Seguía riendo
- ¿Entonces se
llama Chipilín?
- No… - No podía
evitar reír con mis preguntas- Uno de mis amigos al escuchar la historia del
tal chipilín, decidió un día llamarlo pipilín!
- ¿Te estás
burlando de mí verdad?
- De ti no, de
este asunto de los nombres sí… Alguna vez intentó hacerse llamar Abba, mas no
pudo pronunciar ese nombre y en su lugar dijo Baba… Llámalo como quieras.
- ¡No quiero
llamarlo!
Ambos reímos… No
sé si de nervios o porque sin darme cuenta, ya había entrado en la convención
de la locura.
- Lo llamaremos
Baba, por baboso, Sigue escribiendo…
“Baba fue la única
creación física nacida en el lugar de la anti creación. Un ente pensante, con
consciencia individual, con un cuerpo que no necesita de oxígeno, luz, agua…
Cuyo alimento es energético, engulle vida, crece ante la energía del dolor, del
sufrimiento, del miedo, busca sembrar ese dolor a donde va y de esa manera se
asegura el alimento hasta exterminar el lugar escogido.
Al principio de su
recorrido por los espacios de la tercera dimensión, fue un observador, se
dedicó a aprender de cada lugar que pudo visualizar con su acercamiento. Mundos
en evolución que unos más pronto, otros más lentos, iban definiendo sus formas
y civilizaciones. Él no era una forma de ningún mundo, porque él mismo era su
mundo. Un mundo pensante cambiante de forma, capaz de aprender y comunicarse a
través de cualquier lengua. Así paso mucho tiempo incontable, envidiando el
florecimiento de los lugares creados para florecer, alimentándose de su propia
bilis, hasta que al notar su crecimiento detenido, decidió ser polizonte de un
mundo al cual medrar la vida.”
- ¿Un ser pensante
con forma o vida de asteroide o planeta?
- Algo así, eso le
daba la capacidad de moverse entre galaxias. Sigue por favor.
“El primer espacio
a donde descendió era una tierra fértil, lluvia abundante de cristales como
agujas eléctricas la cubría, los seres de ese espacio habitaban bajo los techos
de grandes árboles que lograban protegerlos. El cielo siempre se cruzaba en
rayos eléctricos que vivían chocando causando un permanente estruendo, por ello
los habitantes del lugar, preferían vivir dedicados al sexo y los placeres que
pudieran distraer sus mentes de tanto alboroto. Los oriundos del lugar, seres
llamados “Burlones”; se reproducían rápidamente, multiplicándose con gran
velocidad, no importaba; su mundo podía albergarlos sin problema, pues siendo
seres físicos, sus cuerpos poseían la invisibilidad como capacidad natural,
pudiendo estar muchos de pie sobre el mismo punto, sin tocarse. De esos partos
naturales entre las hembras y machos de esa especie, a veces nacían seres
deformados que no podían procrear”, estos seres ante la frustración de no ser
igualmente fértiles que los otros de su raza, incurrían en actitudes violentas
y por ello, eran aislados de los demás.
Los “burlones”
eran una raza de pequeños seres, los más altos, los infértiles, medían
aproximadamente 1.30 cm, eran pálidos de color amarillento cetrino, y los más
pequeños de entre 70 y 50 cm, tenían tonos de piel verdosa amarillenta, que a
veces tomaba tonos de mandarina. Era una misma raza con dos tamaños y colores
diferentes. La llegada de Baba fue definitoria para ellos, Al llegar,
consciente de las diferencias entre ambos nativos, aprovechando su gran tamaño
sobre ellos, tomó la forma de los infértiles agresivos quienes se convirtieron
en sus aliados inmediatos nombrándolos jefes del resto, los otros los dedicados
al placer, serían sus servidores, trabajadores de la tierra para entregar sus
frutos a los agresivos que al ser comandados por Baba, tenían a su favor un
“Dios” llegado de las estrellas. Los burlones deformes, se divertían asustando
a los otros con sus capacidades de invisibilidad, buscando herirlos
físicamente. Disfrutaban del temor de los pequeños burlones, creando de esa
forma el alimento energético que Baba (su protector) necesitaba para subsistir.
Para los pequeños burlones, teniendo una forma de vida absolutamente neutra que
no consideraba nada que no fuera diversión y que creían que podrían vivir
eternamente sin más preocupación que multiplicarse, empezó una etapa de dolor
que al ir avanzando paralela con conocimientos tecnológicos, causó la huida de
grupos en busca de otros mundos para vivir, hasta que Baba destruyera por
completo su tierra y volviera a emprender camino una y otra vez hasta llegar a
este lugar. Tu casa.”
- Me hablas de
mundos y seres diferentes, ¿duendes?… Parece una historia de ciencia ficción.
- Tómalo así si lo
deseas, siempre que respetes cada palabra que te diga sin cambiarla.
- Muy bien…
continúa.
- No, ahora no;
van a ser las 2 am y dije que volvería a tiempo.
Durante el camino
hacia la casa de la mujer hizo silencio, iba como perdido, concentrado en
alguna alucinación de las que hablaba. Al llegar entramos directamente a la
habitación de la mujer. La hija tenía otro papel en la mano, Tahya también
había salido y acababa de llegar.
- ¿Cómo escribió
estando en coma? – La pregunta de él era lógica.
- No lo sé… -
Respondió la hija – Despertó, casi no podía moverse, pidió lápiz y papel,
escribió eso y luego se quedó así, inmóvil como la vez, con los ojos abiertos.
La mujer echada en
la cama, tenía todo el cuerpo rígido, como si estuviese muerta pero respiraba
aunque fuese con gran dificultad. Sus ojos abiertos miraban al vacío, sus manos
duras, crispadas, la una aferrada a la sábana, la otra como sosteniendo una
lapicera que ya no estaba en sus manos. Él tomó la nota y la leyó en voz alta,
tratando de descifrar la letra confusa:
“Chicos son mis héroes gracias. Jamás me salvaron,
no pudieron estar a tiempo aquí cerca. Yo no quería la niña me envolvió. El
bicho me ha transformado, dice que si hubiera tu ayuda no sabe qué sucedería...
Ríe, pero ven, no podemos morir así ¿entiendes?
Difícil escribir ahora, siento la herida del hombro
pero no puedo dormir, ni ver, perdón.”
- ¿Desde qué hora
está así?
- Serán unas dos
horas antes de que llegaran Tú y Tahya.
- ¿El médico vino
hoy después de que despertara?
- Sí, estuvo aquí
hace una hora más o menos – Respondió la chica.
- ¿Qué harás? –
Preguntó Tahya
- No lo sé… Debo
poder ver más.
Le pidió a ambas
salir de la habitación y tratar de comunicarse con el médico para saber con
exactitud qué opinaba de ese supuesto coma, después de haber despertado. Yo me
quedé con él, observándolo. Se sentó al lado de ella, quien con los ojos
abiertos no miraba a ningún lado, no hacía ningún movimiento. Él cerró los ojos
a su lado y empezó a recorrer con sus manos, la frente de la mujer, los brazos,
sin tocarla; Por momentos era notorio que se esforzaba por lograr hacer
contacto con su piel, pero parecía que su mano era detenida por un campo de
fuerza invisible que no le permitía acercarse más de 8 centímetros de ella.
Luego simplemente se durmió, se quedó dormido con una mano apoyada sobre un
brazo invisible a poca distancia del brazo de la mujer. Tahya y la hija
ingresaron a la habitación, venían discutiendo, al verlo callaron y en silencio
como yo, no sé por cuantos minutos, esperamos alguna reacción.
- Es importante
decirle – La hija interrumpió el silencio.
- Sí, pero debemos
esperar a que el regrese – respondió Tahya
¿Regresar? ¿De
dónde? De pronto él abrió los ojos y con una expresión de desconcierto se puso
de pie.
- Esperábamos que
despiertes. Está en coma, el médico lo ha ratificado, es lo que dijo temprano.
– La hija informaba
- ¿Dijo por qué
estando en coma pudo escribir, abrir los ojos y tomar ese rictus?- preguntó él.
- No - respondió
la chica – No dijo nada al respecto.
- ¿Le preguntaron?
- Sí – contestó
Tahya – Dijo que probablemente nos hemos confundido, que él al verla temprano
confirmó el estado de coma y que es mejor así porque ya no tiene consciencia y
por ello, ningún dolor.
-“Hay una
habitación de paredes muy altas, con formas desiguales, como un cuadro
abstracto; Arriba se puede divisar una pequeña ventana por donde se cuela un
hilo de luz, las paredes son grises y negras, se mueven como si danzaran y en
su movimiento logran por momentos cubrir la ventana… Son paredes como grandes
montañas lisas, no se puede escalar, al fondo de ellas, muy abajo hay un llano
rodeado de estas paredes, ahí está ella, llorando, sola; sin poder moverse.”
El describía su
sueño, imposible imaginarlo real, imposible creer que algo así existiera más
que en la imaginación de algún pintor. Siguió.
- Estoy aquí, si
sientes dolor, intenta algún movimiento – Le dijo a la mujer inmóvil.
De pronto su boca
abierta pareció cerrarse un poco ¿Era mi imaginación?
-“No está en coma
– continuó él - no puede moverse, no puede ver, pero es consciente y escucha
todo. No está en coma, está atrapada por él y yo debo sacarla de ahí”
Era tan
descabellado lo que decía, el reclamo de un loco demasiado calmado para decir
algo así… No sabía cómo reaccionar, miré a la mujer, me pareció ver diferente
su rostro, como si hubiese podido hacer un pequeño cambio de alivio en su
gesto, rígida igual, sus ojos abiertos, perdidos en la nada, dejaban caer
lágrimas…
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