CAPÍTULO TRES
A IMAGEN Y SEMEJANZA
MANIPULACIÓN
- Pasa… Él sale
enseguida, ¿quieres un café?
- Sí, gracias – Le
respondí a Tahya quien amablemente me recibía en casa de él.
Nos habíamos
quedado haciendo “guardia” toda la noche hasta las 6am en casa de la mujer y
salvo sensaciones de movimiento en el ambiente, que fácilmente pudieron ser
reflejo de mi imaginación y temores, no sucedió nada. Al amanecer nos envió a
cada uno a dormir y despidiéndose de mí, se fue con ella caminando, quedando en
vernos en su casa a las 6pm. Dormí como pude, entre sueños y pesadillas hasta
las 3pm, me bañé, comí algo y me apuré en llegar… Ella era muy guapa, bonita,
de cuerpo seductor, me resultaba imposible no sentirme atraído al mirarla,
mientras me servía el café recorrí cada espacio de su cuerpo en movimiento. Al acercarse
a mí para darme la taza le sonreí y respondió mi sonrisa, luego se sentó frente
a mí a beber su café y no dudé en preguntarle:
- ¿Le crees?
- Sí.- Su
respuesta fue firme, contundente, sonreía extrañada por mi pregunta, insistí.
- ¿Por qué? – Mi
pregunta la hizo reír
- En el mundo, en
el universo, en todo lo que existe, hay muchas cosas que no se, que no
entiendo, solo puedo creer que existen. Cerrarse a que no existe nada, para mí
es estúpido, porque además hay muchas pruebas, vestigios, eso que la gente
llama paranormal, milagro. En la ciencia cosas que no se pueden probar ahora,
se probarán mañana, es cuestión de tiempo para que la ciencia vaya más allá,
para que explore. No creer es aburrido... Ahora, ¿porque le creo a él? Un poco
por lógica y otro tanto por instinto, por sensación, ¿por fe podrías llamarlo?
Además mientras más creo, siento que crezco.
- ¿No temes crecer
hacia un lado equivocado?
- ¿Por qué?
Equivocado es dañar y en ninguna etapa del camino he visto daño.
- ¿Llevas mucho
tiempo caminando con él?
- Sí.
- ¿Creyendo
siempre?
- Si y
cuestionándolo siempre.
- ¿No te parece
loco, extraño todo esto?
- Por supuesto que
sí, pero yo le huyo a los cuerdos, los llamados cuerdos, son gente sin
imaginación, sin visión,
- ¿Te consideras
loca entonces?
- ¡Por supuesto!
dentro de la convención que llaman locura sí, porque estoy fuera de lo que la
mayoría considera realidad, que es solo lo que puede ver o entender. En este
mundo, en esta sociedad, ser cuerdo es trabajar para vivir y vivir para trabajar
y eso para mí es estar loco. Me muero, me aburro.
- Por qué aseguras
que la ciencia más adelante, con el tiempo constatará estas cosas, ¿creer eso,
no es solo una ilusión?
- Fe, religión,
magia, ciencia, son lo mismo; Solo en tiempos diferentes de comprensión. La
ciencia siempre busca preguntas nuevas, más que respuestas preguntas y están,
siempre están, es solo cuestión de tiempo.
- ¿Esto entonces
es una religión, secta o como quieras llamarlo?
- Las religiones
te dicen que hacer, lo que debes hacer y lo que no debes hacer, no solo las
religiones, sucede en todas partes. Nosotros también tenemos un código, pero lo
que nos hace diferentes, es el acercamiento a la búsqueda científica y
filosófica de las preguntas. Él también está preguntándose todo el tiempo las
cosas ¿eso lo hacen en las religiones?, saca tus conclusiones y no me creas
todo lo que te digo, cuestiónalo.
- ¿Y por qué
escribirlo? ¿No es una forma de dejar reglas? ¿Una neo biblia? ¿un manual de
formas?, ¿Caer en lo mismo que las religiones?
- Yo lo apoyo… A
veces creo que sí, a veces que no, pero he aprendido a respetar sus decisiones.
Lo admiro, lo sigo y sé que en muchas cosas está mucho más adelante que yo, hay
cosas que yo no entiendo, pero cuando él toma una decisión le ha dado muchas
vueltas y está seguro, simplemente lo apoyo.
- ¿Nunca se
equivoca en sus decisiones?
- Siempre hay un
factor de probabilidades, pero también es cierto que no es necio, que cuando
cree que algo no está caminando bien, no tiene miedo a decir me equivoqué y corregir,
por eso lo admiro. Además, visualiza esto como un barco, el capitán se puede
equivocar, pero es el capitán, uno sigue al líder, puedes dar tu opinión,
plantear, discutir, pero a la hora de la hora tienes que confiar, sino el barco
no avanza. Confío en él y confío en su criterio, no admiro a cualquiera.
- ¿Listo para
escribir? – Apareció él interrumpiendo la conversación.
- Sí, claro…
Me dirigí a la
computadora, pudiendo ver con el rabillo del ojo, como Tahya le alcanzaba una
taza de café y besaba sus labios. ¿Eran pareja? Me sorprendió. No sabía mucho
de su vida personal, lo imaginaba como un monje o algo así.
- Está confirmado,
Brevt II, Mae III y Traeyt II También estarán esta noche. – Le informaba ella.
- Debo poder solo
– Respondió él.
- Sabes que hay
mucho en riesgo, mejor así.
Él sonrió,
aceptando lo que ella decía, ¿Brevt II, Mae III y Traeyt II? ¿Quiénes eran?
¿Qué significaban los números? Él se sentó a mi lado.
- ¿Empezamos?
- Sí, ¿pero me
explicarás lo de anoche? ¿Por qué esa cosa, baba como le llamas; quiere llegar
a ti? ¿Quién eres tú realmente?
- Como ya te dije,
como ente físico fui y por ello, hoy Soy el guardián.
- ¿Fuiste y por
eso eres?
- Fui en mi
primera encarnación en otro mundo, justamente aquel al cual llegó baba antes de
venir al tuyo, quien debía poner las cosas en su lugar e impedir el crecimiento
de baba… Esto fue en un mundo que baba destruyó, el mundo que inició la carrera
de guerras que hoy destruye tu tierra…
- ¿por qué querría
atrapar a la mujer? ¿Qué son esos nombres con números?
- Los nombres son
los que siempre tuvieron mis hermanos y hoy mantienen aquí, aunque no los
exhiban en sus documentos, pues sus padres físicos no los sabían al nacer cada
uno, los números corresponden a su nacimiento dentro de su familia inicial, en
la cual otros pudieron llevar antes el mismo nombre…
- ¿La mujer?
- Se llama Clari
XI, su hija Mae X, Ella es Tahya I… Si vienes hoy, conocerás a los otros
nombrados.
- Claro… Iré
Estaba confundido,
tratando de procesar sus respuestas – Adelante, escribiré, te escucho. – Empezó
a narrar.
- Esta historia
empieza en un lejano planeta hoy desaparecido, Nibiru.
- ¿Hablas del
planeta que chocará con la tierra, al que también llaman Hercóbulus?
- No… Al parecer
era fácil tomar el nombre de tablillas, para identificar a esa amenaza
destructora; Ya te contaré sobre eso, pero vamos en orden.
“Hace mucho
tiempo, cuando los mundos recién surgían en el espacio sin límites de la
tercera dimensión, nacieron en un lugar nuevo, seres de viento, luz y fuego,
seres alados cuyos cuerpos etéreos no conocían diferencias, ni carne, ni odios…
Esta historia empieza mucho antes de la existencia del planeta tierra, cuando
el sistema solar aun en formación, no estaba listo para la vida.
En un punto del
universo, lejos del alcance (por ahora) de las naves terrestres, nacieron dos
planetas capaces de albergar vida inteligente, ambos bajo la luz de su estrella
madre Sirius. Uno de los planetas, el más pequeño y cercano a la estrella
madre, tuvo por nombre Nibiru y sus habitantes, la raza Dheva. El otro planeta,
el más distante de la estrella, se llamó Rup, sus habitantes iniciales, eran
seres rastreros que crecían en el lodo del lugar en cavernas bajo tierra; seres
de naturaleza animal cuyo intelecto era muy reducido, se reproducían en gran
cantidad, con la misma rapidez que se comían entre sí, eran una suerte de
insectos sin mayor objetivo que sobrevivir, sin sentimientos especiales,
mecanizados, entes parecidos a langostas en su inicio como raza, para más
tarde, con el tiempo, poder evolucionar, fueron llamados grankas por sus
vecinos.
Nibiru era un
lugar húmedo, de rocío permanente suspendido en el aire, formando un ambiente
de llovizna constante, cuyas gotas brillaban en reflejos de luz blanca como
cristales. Una tierra con cielo iluminado en tonos rojos brillantes, entre rojo
y amarillo, como los atardeceres aquí, el suelo hecho de dorada piedra
cristalina, parecida al ámbar de acá, era siempre liso, transparente. Sus
montes, que se levantaban hacia el cielo, eran como truncas pirámides del mismo
color del suelo, con acaramelado brillo. En sus cimas abiertas, se apreciaba la
actividad volcánica que mezclaba en el interior, los metales que abundaban en
esa tierra, el oro y el mercurio, creando un baile de chispas permanente.
Nibiru no tenía
mares, sus habitantes llamaban mar a un gran lago que adornaba el cristalino
suelo, en donde existía una concentración de líquido azul índigo, dentro del
cual crecían transparentes capullos que al madurar, tornaban su color acercándose
al tono dorado del suelo, Luego los capullos se desprendían de las ramas que
los sujetaban desde el fondo del lago y al llegar a las orillas se secaban,
cambiando su tono ámbar a blanco, como nieve, quedando anclados en el borde del
lago, siempre distantes entre sí hasta tornarse en inmensas y muy delgadas
ramas que crecían elevándose al cielo.
Los dhevas eran
seres de figuras estilizadas, muy altos y delgados, de gran estatura, sus ojos
eran grandes y rasgados del color del oro y proyectaban haces de luz, la nariz
muy pequeña al igual que la boca, carecían de labios y dientes, no tenían
orejas, sólo pequeñas cavidades ubicadas a la altura de la boca a los costados
de sus delgados y pequeños rostros, (si tuviera que buscar un rostro parecido
físicamente en la tierra, diría que sus caras eran una fusión entre un humano y
un gato) no tenían cabello en ningún lugar del cuerpo, la piel era blanca
transparente, dejando ver algunos de los órganos vitales, el cuello muy largo,
de brazos y manos grandes, cuerpo plano y piernas largas sumamente delgadas,
terminando en pies muy pequeños que colgaban del cuerpo. No pisaban la tierra,
se mantenían flotando siempre a una distancia mínima de unos 60cm. Por la
gravedad del lugar era imposible descender y tocar suelo, por ello los pies
eran inútiles, atrofiados. La frente tenía una dimensión mayor a la del rostro,
naciendo desde la cabeza haces de luz que se unían a la columna y surgían
majestuosos, como un gran manto, los llamaban alas y les servían para
impulsarlos y elevarlos hasta una altura máxima de unos 15mts. De esa manera,
volando se transportaban de un lugar a otro dentro del pequeño planeta de
horizonte curvo.
La civilización
era, una de las más antiguas del universo, había dhevas maestros (machos) y
dhevas guerreros (hembras), (NO llevaban ese nombre por hacer la guerra. Se
utilizaba el término “guerrero” para definir al trabajador, al más robusto, el
que usaba la fuerza física).
Los dhevas
maestros eran frágiles, tenían una estatura (calculo entre 2 y 2.50mts de
altura), con alas doradas como tono predominante. Estaban destinados por su
desarrollo mental, su férrea disciplina y debilidad física ante los guerreros,
al camino de la ciencia, la sabiduría y la enseñanza de todos los aspectos de
la vida. Eran grandes estudiosos de la historia del universo, arquitectos
planificadores de ciudades, científicos creadores de tecnología. Expertos en el
conocimiento de todos los aspectos científicos de la esencia física de las
formas y el ambiente del lugar, así como el de otras especies y lugares del
universo y todo lo concerniente a tecnología y maquinarias, conscientes de su
total carencia de olfato y oído para lo no visible, se dedicaban a su ciencia,
transmitiendo sus conocimientos, a los nuevos dhevas maestros, generación tras
generación.
Ellos compartían
su suelo con los dhevas guerreros, estos nacían en mayor cantidad, a razón de
50 por cada maestro aproximadamente, casta de mayor número y fuerza física,
guerreros expertos en producción de metales, navegación, maquinaria y defensa.
De porte más reducido (más o menos 2mts), pero cuerpo más compacto y fuerte que
el de sus hermanos dhevas, estaban capacitados para todo el trabajo físico,
poseían capacidades de reacción a veces bruscas o violentas, producto de un deseo
vehemente de ir siempre más allá de sus propias fuerzas y por ello, eran
considerados menos racionales. Las alas y los ojos, de los navegantes
guerreros, despedían una luz sin oro de un hermoso color azul índigo. Ellos,
conducían y fabricaban las naves, dominaban el manejo del fuego transformador
de las espadas, la transformación de las formas físicas y la formación de la
energía y metales.
Era una sociedad
perfectamente organizada. Un triunvirato de maestros al mando de todos,
mantenía el orden por ser los maestros más fríos que los guerreros al tomar
decisiones, más cerebrales. El triunvirato guiaba con sabiduría de amor
acompañados por un consejo de tres dhevas superiores. Dhevas, que en algún
momento de sus cuerpos físicos formaron parte de ese triunvirato teniendo el
mando de la especie y que al evolucionar a cuerpos sólo de luz dejando su
cuerpo físico, podían recorrer el universo sin limitaciones, ellos, siempre
tres, eran los consejeros espirituales por su calidad no corpórea. Luego había
un consejo de otros tres dhevas corpóreos, dos maestros y un guerrero jefe
navegante, guías a su vez del movimiento de cada una de las pirámides templos
principales, bajo las indicaciones de ellos tres, todos los demás aprendían y
seguían indicaciones en el camino de la evolución.
Al aclararse el
cielo (tono mandarina amarillo), las alas de los dhevas con su movimiento
ondulante los llevaban al templo de cristal de agua. En Nibiru, no había noches
y días, había tiempo de cielo claro (rojo o anaranjado) y tiempo de cielo
oscuro (rojo vino). No dormían, el sueño no era la forma de descanso, para ello
utilizaban los momentos de meditación en el templo de cristal, llamado así por
estar construido de agua solidificada (como hielo, pero sin frío). El clima era
permanentemente húmedo y fresco, proporcionando una sensación de limpieza
absoluta, nunca sentían ni frío ni calor, era un clima siempre templado.
Todos llegaban al
templo de cristal de agua, para inclinarse en el medio de la gran estancia,
justo bajo el punto de más energía. Siempre logrando iluminar con su fuerza el
lugar. Después de escuchar las palabras orientadoras de algún dheva maestro,
volvían al aprendizaje de las costumbres de los mundos.
El templo de
cristal de agua era el templo de oración para renovar fuerzas, el lugar de
descanso en donde entonaban agudas melodías que los acercaban a un estado de
vibración mayor, aumentando su capacidad energética y aprendiendo el manejo de
la misma. También correspondía aprender ahí, el dominio de la comunicación mental
y el dibujo de las formas como medio de comunicación con quienes no pudieran
comunicarse mentalmente con claridad.
En Nibiru no hacía
falta sentir ni sabores, ni aromas, No los había. Los dhevas sólo percibían la
humedad en su delgada piel y la suavidad del viento sobre sus alas. Estaba sólo
la realidad del universo sobre sus ojos, sin ruidos, sin voces, sin olores, sin
sabor. Sintiendo tan sólo el olor y el sabor de la energía (cuyo olor y sabor
no es físico) escuchando como único “ruido” el rumor de cantos suaves que
emitían en los momentos de meditación y el sonido de su lenguaje mental (sin
sonido) en el pacífico silencio.
Allá, todos eran
livianos, planos, creados por la unión sexual de un macho (maestro), con muchas
hembras (guerreros); Siendo el sexo para los machos, una actividad necesaria
por mantenimiento de la raza, poco estimada por su debilidad física ante las
hembras, que naciendo siempre en mayor cantidad, lograban agotar a los
pensantes maestros científicos.
Allá el tiempo era
siempre el mismo y estaban suspendidos en él, sin edad, sin horas, siendo un
proceso de crecimiento que tenía principio en el nacimiento y final físico sólo
si una fuerza ajena detenía la evolución exterminando los cuerpos, si esto no
sucedía, la vida física de un dheva parecía no tener final, conociendo la
“muerte” como algo remoto, prácticamente imposible en la especie. Aunque el
cálculo del tiempo físico que vivían existía, no era utilizado para definir los
sucesos que acontecían.
Nibiru era un
mundo en donde la mente era más importante que el cuerpo, en dónde la energía
del ambiente, era el único alimento, en donde todo estaba previsto, en donde
los cuerpos dejaban ver el alma. Donde el orden era según lo creían perfecto.
Habían otros dos
templos piramidales principales, pero ninguno tan alto como el de paredes de
agua cristal.
En el templo de
arena de oro compactada, era donde todos se reunían a recibir las enseñanzas
sobre hechos pasados, formas físicas de lugares, especies y lenguajes
metafóricos sin sonido, algo así como la poesía de acá. Las clases estaban a
cargo del maestro dheva designado según el tema. Ahí se encontraba una gran
máquina llena de pantallas ante las cuales aprendían (especie de computadoras),
máquina que dirigida mentalmente (sin teclados), resolvía de forma visible las
preguntas.
La tercera pirámide,
construida de metal y roca, era comandada por un dheva guerrero. Allí
ingresaban algunos maestros, los más sabios; y todos los guerreros. Ahí se
aprendía sobre la elaboración de metales y combustible, así como la
construcción de naves, De ahí los guerreros salían para cruzar el lago y
perderse tras los volcanes del horizonte hasta llegar a la zona de extracción
de metales y construcción de vehículos.
Allí, en Nibiru,
planeta con evidente avance tecnológico, hizo casa baba luego de destruir el
planeta de los burlones. Llegó con gran estruendo, sorprendiendo y asustando a
todos por el temblor del suelo, enviaron una comisión de tres maestros y 150
guerreros a investigar la zona donde había caído una bola de fuego atravesando
el cielo. No regresaron… No hubo respuestas y tuvieron que enviar un segundo
grupo, esta vez 200 guerreros y dos maestros.
Extrañamente
durante los tiempos de espera de respuestas de los grupos enviados, los
maestros superiores consejeros, antes visibles de manera permanente por todos,
habían perdido su imagen ante los habitantes, siendo imposible hacer contacto
con ellos, la fuerza densa del recién llegado, había logrado endurecer la
liviandad del ambiente.
Un pequeño grupo
logró regresar, 10 guerreros en shock, sin posibilidad de comunicarse y un
maestro que no logrando explicar lo sucedido, hablaba de miedo ante la
inminente llegada de un Dios capaz de consumirlos si no ofrecían su
obediencia.”
- ¿Baba?
- Sí.
“Se había afincado
cruzando el lago, al otro lado de las montañas, en la zona donde las bestias
aladas vivían libremente, consumiendo todo a su alrededor, incluidos los
enviados a investigar el suceso… Una vez llegados los guerreros portadores de
tal mensaje, débiles a pesar de fuerza física, perecieron consumiéndose sus
cuerpos como las ramas alrededor del lago, el maestro que llegó con ellos quedó
en silencio, refugiándose en el templo destinado a experimentos científicos,
como queriendo demostrar sus capacidades, siendo un ente útil para no ser
eliminado.
Al paso de un poco
tiempo más, tiempo en que los extrañados habitantes del suelo experimentaron el
sabor del desconcierto, del miedo; Aparecieron tres figuras acercándose a la
gran ciudad de pirámides, dos dhevas maestros y en medio de ellos, un extraño
ser, más alto que los maestros, de piel gris aunque de forma física parecida a
los dhevas, de rostro cubierto por sus grandes alas húmedas, que simulaban un
manto sobre su cuerpo. Fue presentado como el “enviado” Aquel que debía ocultar
su rostro para protegerlos a todos, pues quien se atreviese a mirarlo
perecería, no por su mano, sí por no respetar los designios del Dios que lo
había enviado a conducirlos, a gobernarlos.”
- ¡Y nació la
religión! – Mi comentario pretendió ser gracioso, él sin reír, continuó:
“El extraño “gran
Dheva” se hizo construir un palacio de gobierno, una estructura metálica
fortísima, con forma de pirámide trunca, comunicada subterráneamente con los
laboratorios y cada una de las pirámides templo. Ahí se quedó ocultándose de
todos, pues según dijeron los dos maestros que llegaron con él, nadie debía
interrumpir su conexión directa con la energía superior “Dios” energía que a
través de él, sería su guía ahora, que la “sociedad se encontraba en caos, al
dejar demasiada libertad a sus habitantes”. Entonces dictó reglas a seguir, la primera
tomaba por sorpresa a las hembras (guerreros), quienes debían donar sus
vientres para la evolución de la raza, siendo “sus mujeres” cuando él lo
determinara. Éste ente sin embargo, aunque tomara la forma humanoide como la de
los dhevas, no poseía órganos reproductores, luego sus intentos de reproducirse
eran fallidos, pues aunque lograra un falo en su imagen corpórea, este a pesar
de su estructura corporal babosa, mojada, era seco, infértil, no lograba el
objetivo principal de reproducir “su especie” y tampoco lograba dar o sentir
ningún tipo de satisfacción con el acto sexual, luego; Al notar que de nada
servían sus intentos avalados por los maestros que lo acompañaban, quienes a su
vez convencían a los otros maestros de su necesidad de “colaborar” para no
perecer, impartía castigos a las hembras guerreros que se quejaban de haber
sido sometidas a engaños al no ser preñadas por “El Dios” y de haber tenido que
soportar un acto desagradable, con dolor.
Empezó los
castigos sometiéndolas de nuevo sexualmente, destrozando sus entrañas al hacer
crecer su falo de manera descomunal, disfrutando de su dolor, súplicas y
muerte. Al ver que los guerreros que se unían sexualmente a maestros, seguían
pariendo, dio orden de extracción seminal y castración a los machos, para poder
investigar en el laboratorio su semen y lograr un símil para él. Los que
obedecieron (pocos), fueron sometidos a largas sesiones de extracción hasta
lograr un banco de semen suficiente para sus experimentos a cargo del maestro
que en silencio desde su llegada, obediente con su propia castración, se hizo
cargo como “principal” en los experimentos de reproducción en el laboratorio.
Los maestros que no acataron dicha orden, fueron en gran número eliminados por
él físicamente, pero defendidos por los guerreros mucho más numerosos y ocupado
sometiendo su extraño cuerpo a infiltraciones para lograr el semen necesario
para reproducirse, dio orden de deshacerse de los “rebeldes” exiliándolos a
Rup, donde perecerían en las fauces de los grankas.
Así dio comienzo a
una larga etapa de dominio sobre esa tierra, etapa en donde hubo resistencia
armada de guerreros y algunos maestros, etapa donde decidió la esterilización
de las hembras al no lograr reproducirse con ningún tipo de experimento, con el
fin de lograr la reproducción ya obsesiva para él, sin contacto físico, en
laboratorio.
Los guerreros y
maestros que se resistieran, fueron enviados al exilio en Rup una y otra vez,
los que los llevaban, regresaban contando que nadie salía a recibir a los
llegados, que en ese lugar todo perecería. Eso hizo que muchos por temor a
perder su existencia se sometieran a las órdenes del laboratorio y otros
siguieran peleando cada vez con más fuerza, buscando llegar al lugar exacto
donde se encontraba el “Dheva superior” para destruirlo.
La ciudad estuvo
en explosiones de muerte, destrucción y dolor, persecuciones, miedo terrible
que le dio a baba mucha más fuerza, hasta que un día, harto de los disidentes,
con hambre de muerte total, utilizó su energía para hacer colapsar la capa de
cielo de la ciudad. Solo sobrevivieron los maestros y guerreros que se
encontraban bajo techo o en los túneles de comunicación, los expuestos al calor
radiante de la estrella sin filtro de cielo, fueron calcinados, los suelos
empezaron a cuartearse, el lago se secó y el horror fue el futuro de la raza.
Entonces, desde el
laboratorio en combinación con las estrategias de navegación de los guerreros,
surgió la propuesta de “crear” un cielo artificial para poder mantener la raza
y continuar la especie. Un cielo sobre la ciudad, una cúpula de ambiente fresco
con el alimento necesario para subsistir, alimento que al desaparecer el
oxígeno original, escaseaba ya en los lugares cerrados donde los sobrevivientes
sometidos a baba, procuraban salvarse. Baba accedió ante la promesa dada en los
laboratorios de lograr un alimento que acerque más su raza a la de los dhevas
para que así con el tiempo pudiera lograr reproducirse. Se creó la gran cúpula,
bajo ella la ciudad con sus pirámides y su lago seco que fue propuesto como
gran caldo de cultivos uterinos que al estar en contacto con la energía del
ambiente y sus habitantes, podría ser la solución de continuidad de la especie
ya esterilizada y castrada que quedaba.
El lago fue
entonces por largo tiempo el experimento mayor hasta lograr una forma de útero
artificial, alimentada de los ovarios y semen extraído, ya escasos en el
laboratorio. Por fin al paso de un tiempo, en que el cielo de la cúpula logró
tornarse completamente rojo por los gases extraídos a través de grandes
tuberías del exterior de la cúpula, de zonas menos afectadas por la radiación,
pasando a su ingreso por maquinas depuradoras que a su vez agregaran una cuota
mínima de sabia rojiza extraída de metales parecidos a la conformación de la
estructura corporal de baba, el ambiente fue respirable permitiendo a los
dhevas la salida de sus estructuras cerradas, permitiendo al lago una suerte de
ebullición que hiciera crecer grandes formas como capullos, que fueron los
nuevos úteros del lugar, siendo abonados por los experimentos logrados, dando a
luz a los nuevos dhevas.”
- Suena a película
de terror, ¿los nuevos dhevas eran entonces los hijos de baba?
- No. Baba aun no
lograba su fertilidad, los nuevos dhevas eran hijos de su propia raza, con
deficiencias genéticas, cuya continuidad estaría esta vez a cargo del
laboratorio.
“Nacieron más
débiles y más grandes, ya no tenían un inicio de niñez como toda raza
humanoide, nacían en su pubertad, débiles físicamente, pero capaces de
reproducirse. Ni bien nacieran, los nuevos maestros (los menos), eran castrados
y los nuevos guerreros (siempre en mayor cantidad), esterilizados, para
continuar con la especie, sin castigos brutales y con los experimentos de la
posible reproducción de baba. En cuanto salían de su castración, eran
aleccionados para la obediencia al régimen existente. Los tiempos corrieron y
los laboratoristas lograron extraer de las matrices fecundadas, los órganos
reproductores antes del nacimiento, pudiendo así utilizarlos para seguir
adelante con los experimentos, sin tener que cortar a los recién nacidos,
muchos de los cuales por su más asentada debilidad perecían.
No lograron que
baba pudiese perpetuarse, era imposible hacerlo fértil y esto no fue agradable
para él, que empezó a exigir el cumplimiento de la promesa hecha a cambio de
sus vidas. Fue así que los maestros laboratoristas dirigidos por el maestro del
silencio, sugirieron a baba, pedir ayuda a otros hermanos de otras distancias,
alegando la falta de un gen para unir su raza con la de los dhevas, gen que
podría encontrarse en otras razas, gen que podría conseguir si en comisión, los
maestros lo solicitaban a un consejo de galaxias existente.
Baba aceptó la
propuesta, asegurándose de escoger él mismo la comisión que enviaría al
consejo. Un laboratorista temeroso para explicar las necesidades de continuidad
de la raza y sus dos aliados principales, aquellos que regresaran con él como
triunvirato, dispuestos a servirle, no solo por mantenerse vivos, también
tentados por la posición de “Dioses” al lado de él, siendo obedecidos y
venerados también, quienes tenían a su cargo vigilar al laboratorista para
evitar traiciones y convencer a los del consejo de las galaxias de la necesidad
vital para la raza de ese gen, sin el cual perecerían todos. La comisión
escogida se dispuso a emprender su viaje, quedando los demás maestros
laboratoristas, así como los guerreros al mando del pueblo, advertidos de su
exterminación si se daba un solo movimiento contrario a lo acordado.
La comisión llegó
a la base del consejo de las galaxias en donde se reunieron con los
representantes de otras 62 civilizaciones y expusieron el terrible caso de
“extinción natural” a la que estaban expuestos de no contar con el gen
requerido. Fueron escuchados solo por 17 representantes, quienes donaron su ADN
para ayudar a salvar a los dhevas. No hubo motivos para seguirlos o vigilarlos,
a pesar de levantar dudas en algunos de los asistentes y logrado el objetivo
regresaron a Nibiru.
El retorno de la
comisión fue festejado por el pueblo que naciendo sin sexualidad ya, creía
firmemente en lo dicho a ellos por baba, que habían sido escogidos por “Dios”
para ser más fuertes a partir del nacimiento de un nuevo dheva “enviado” (su
hijo), para trasladarse con su pueblo, como un ejército de paz a otros mundos,
para enseñar la perfecta obediencia, la renuncia y el temor a su Dios, como
único camino de salvación para sus almas. Era ya una nueva civilización
completamente manejable, sometida y por ello, aburrida para baba, el temor
aprendido por ellos, por ser necesario en su camino de renuncias, no constituía
ya suficiente alimento. Debía usarlos para buscar otros pueblos que dominar y
someter al lograr que “sus hijos” gracias al gen obtenido, pudiesen nacer.”
- Manipulación
total… ¿logró entonces procrear?
- Se hicieron
muchas pruebas en los laboratorios, solo quienes estaban más cerca de él, los
maestros científicos laboratoristas y los guerreros guardianes de su palacio y
los laboratorios, sabían la verdad de lo sucedido a la raza y de la posible
extinción de la misma de no lograrse el objetivo de baba.
“A pesar de todos
los esfuerzos por lograr unir su raza a la estructura molecular de baba y hacer
posible así la creación de “sus hijos”, no lo consiguieron. Pero de la unión de
los ADN donados, lograron un dheva diferente. Más alto, más fuerte, con
capacidades de manejo energético más allá de lo conocido por ellos, con colores
diferentes, un rostro más grande, duro, una capacidad de auto curación total y
alas inmensas.
Al comunicárselo a
baba, este vio la oportunidad de usar esa nueva especie, como “hijo” a su
servicio, para manipulándolo, lograr igual el objetivo de dominio sobre otras razas
y dio visto bueno al nacimiento de este nuevo ser. En el laboratorio, sin las
miradas del pueblo ignorante de la verdad, nació el primer “príncipe dheva” al
emerger del capullo creado para él, aislado entre paredes transparentes de
metal de vidrio infranqueable, fue sometido al miedo por baba y al no temerle,
baba dio orden de su exterminación.
La historia de
repitió algunas veces, hasta que por fin surgió un dheva príncipe temeroso y
por ello manipulable. La oferta al pueblo era que dicho “enviado por Dios”
nacería ante los ojos de todos, de un gran capullo que surgiría al centro mismo
del lago, luego una vez obtenido el resultado esperado por baba al nacer el
príncipe utilizable por él, dio orden de darle muerte física para unirlo de
nuevo dentro de un capullo matriz, que debía ser colocado al medio del lago
para que naciera ante los ojos de todos. La orden fue cumplida, al darle muerte
unieron sus partes dentro del capullo y luego de que volvieran a juntarse y
crecer dentro, esperaron a su maduración para ubicarlo dentro del lago.
Todo estaba
aparentemente bien, pero un grupo de los “fieles a baba”, encabezado por el
maestro del silencio, sabía que de nacer este ser poderoso, capaz de manipular
al pueblo bajo las ordenes de baba, ellos, los creadores de esta nueva especie,
así como los siguientes dhevas que pudieran nacer, ya no serían necesarios y
por ello, podrían ser exterminados.
Entonces, momentos
previos a colocar la matriz en medio del lago, el maestro silencioso con la
colaboración de cuatro maestros laboratoristas más, manipularon el ser logrado
para que éste no respondiera al temor y pudiese liberar su raza. El capullo fue
llevado al lago en horas de “toque de queda” como había ordenado baba,
asegurándose así de no despertar sospechas en el pueblo, al término de dicho
tiempo, al salir el pueblo de sus aposentos, vio con gran esperanza y alegría
un inmenso capullo en medio del lago tal como lo había prometido “Dios”. Por
fin nacería el “enviado” aquel que los conduciría por un camino de renuncias a
su libertad espiritual…
Libertad, una
palabra que nunca dependió de armas, ni de seres ajenos a uno mismo,
Libertad... poder de alcanzar las metas del entendimiento y ser.”
- ¿Cómo fue su
nacimiento? ¿Qué sucedió con la manipulación del ADN?, ¿Le tuvo miedo a baba?
¿Qué sucedió con los que manipularon el experimento? ¿Baba lo supo? ¿Cómo se
llamaba el silencioso a cargo?
- Seguimos luego,
se hizo tarde y es hora de ir a ayudar a Clari XI
- Pero ¡respóndeme
alguna de las preguntas por lo menos!
- Vamos ya, no
quiero llegar tarde, prometo responder todas las preguntas en su momento.
- ¡Una por lo
menos!
Renegando ante su
sonrisa guardé el archivo antes de salir, Tahya salió por delante, él me hizo
una seña para seguirla quedando él detrás, lo hice; Al cerrar la puerta,
mientras ella subía al taxi que había pedido, me señaló el asiento junto al
conductor para que yo lo tomara. Al subirme cerró mi puerta y al ingresar al
auto al lado de ella me dijo:
“Este es el tiempo
de los encuentros, tiempo de lucha interna, de miedo, de aceptación, de
soledad, silencio, desesperación, muerte y renacimiento...
Quiera la vida que
la luz y la sombra puedan fundirse en un solo canto de esperanza... Quiera la
vida que la luz perdone a la sombra y que la sombra muera en la luz, sin perder
el brillo de su mirada...
Los colaboradores
del maestro silencioso, el científico que hizo la manipulación, fueron Clari
XI, Brevt II, Traeyt II y Human I.
El maestro en
cuestión se llamaba Tahya I”.
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