CAPITULO 13
LOS AVATARES - EL GUARDIÁN
- No creo que unos cuantos panes y café, sean suficiente para un día de conversaciones… ¿quieren comer? - Tahya interrumpió el silencio.
- ¿Qué hora es? Preguntó él, perdido aun en un horizonte lejano.
- Las siete y media y no han almorzado… - Replicó ella, colocando sobre una mesa dos platos de comida, antes de salir de la habitación.
- No quiero molestar – Me sentí imprudente por la situación.
- No molestas, siéntate y come… Si no comes, sí se va a molestar…
Ella regresó con un tercer plato (el suyo) y un termo de café, que sirvió en nuestras tazas en cuanto se acercó a la mesa.
- ¿Qué paso? ¿Comen o no? – volvió a preguntar como dando una orden, para volver a salir de la habitación.
De pronto me sentí intimidado, no pude verla como hasta ese momento había sucedido, como la mujer guapa cercana a él, no sé por qué, su voz, su gesto, me hicieron retroceder en el tiempo y sin discutir nada me acerqué a la mesa y me senté frente a un plato, como la hacía de niño ante una orden de mi madre. Él también se sentó y sin ningún protocolo empezó a comer. Ella regresó con su taza de café y se sentó con nosotros a comer.
- ¿Cómo van? – Preguntó ella.
- Verdes… - Respondió él.
¿Verdes? Llevábamos escribiendo meses, reuniéndonos para plasmar una historia “fantástica” que ya llevaba casi 200 páginas y ¿estábamos verdes? ¿Cuánto más faltaba para cerrar?
- ¿Puedo preguntar? – balbucee mientras mi boca recibía un bocado del guiso.
- Si no te atoras sí… - Sonrió él.
Apuré mi bocado mientras Tahya se reía y empecé a preguntar.
- ¿Posidew y sus hijas pudieron regresar para salvar a Summic?
- ¿Estás interesado en la novela personal?
- Como escritor hilo cabos…
- Entiendo, te contaré, pero no hace falta que lo escribas. Human II regresó a buscar a Summic, pero cuando llegó, las aguas ya habían devorado Atlantis…
- ¿Human II?
- Sí, Posidew fue su encarnación.
- Entiendo… - ¿realmente entendía?
- Posidew y sus hijas, hallaron muchos cuerpos flotando inertes, Summic se había encadenado al obelisco central de Uthu y con él su cuerpo quedó en las profundidades, no hubo retorno, el cuerpo abrazado al obelisco, era una escultura del más puro amor, que quedó por siempre como recuerdo en los ojos de quienes la vieron… Posidew sabía que pasaría mucho tiempo antes de perder él su imagen física y luego de prometer ante su amada reencontrarla, para honrarla y protegerla cuando sus caminos volvieran a cruzarse, decidió volver a la profundidad de su casa volcánica en donde debía tomar decisiones de reorganización, sus hijas no debían emerger de nuevo, su pueblo debía ser protegido. dejó el cuerpo de Summic ahí, en el fondo del mar que ella tanto había amado.
- ¡De telenovela! – Me sentí estúpido con mi comentario - ¿Por qué no escribirlo en el libro?
- Porque los datos personales de cada uno de los protagonistas de esta historia, no son para el fin relevantes.
- Human II… ¡Lo conozco!, estuvo aquí!
- Sí.
- Y Summic era…
- Mae X.
- ¿Ellos lo saben? ¿Son pareja? – Su risa fue muy sonora.
- Todo ser humano que tenga una historia antigua, llega con memoria parcial, sensitiva… Muy pocas imágenes, tal vez alguna que por ser exacta, como el mar, el fuego por ejemplo, sea recurrente en su mente de manera nostálgica o aprensiva, pero recordar cada detalle, seres, palabras, momentos con certeza, es imposible; Eso iría en contra de la evolución natural en su nuevo camino físico.
- Entonces no recuerdan…
- No lo sé.
- ¿Por qué no decirles?
- Porque el romanticismo humano, crearía emociones, sentimientos, apegos no naturales… Si algo sienten, se acercarán solos el uno al otro y no necesariamente para ser “pareja” podrían ser hermanos, grandes amigos e igual sería un reencuentro. La vida es una sola, aunque en muchas ocasiones se pase por una etapa física más de una vez. La vida fluye, avanza, crece, no debe retroceder o estancarse, eso sería cortar su movimiento.
- Pero ellos…
- Fueron… Pasado. Tú fuiste niño, ¿recuerdas el nombre de cada profesor, compañero de clases, de barrio? Sin embargo, sabes que los tuviste y fuiste niño y disfrutaste esa etapa y fluiste en ella. Hoy, no eres niño, en tu vida actual, física consciente humana, ya viviste muchas vidas cambiantes en cada etapa y creciste y sigues creciendo. Volver a atrás implicaría retroceder, involucionar, aferrarse a vivir un “pasado”. Tú no eres hoy el mismo que fuiste de niño, de joven, no eres el mismo que fuiste ayer, fluyes.
- Pero ellos podrían reencontrarse y crecer juntos.
- Podrían, de ser natural en su hoy; No por “promesas” pasadas, no por recuerdos no claros ya, de quien se fue y quien ya no se es. Si hoy están aquí cerca, no es por un asunto romántico, personal, es por una necesidad de crecimiento mutuo, ir contra eso, sería estancarse.
Tahya recogía los platos vacíos ya, sirviendo más café.
- ¿Seguirán escribiendo ahora?
- No lo sé, para mí es temprano aun, pero él podría querer descansar.
- Yo estoy bien y si escribiendo más ahora logro entender, prefiero seguir.
Tenía que lograr desenmarañar la madeja.
- Y Los que bajaron y no volvieron a comunicarse, ¿murieron?
- No… fueron en búsqueda de la base con rostro…
- ¿La encontraron?
- Sí.
- ¿Y desde ahí no se comunicaron?
- No, la base estaba sellada, no pudieron ingresar y en los alrededores había muchos entes tras la huella de sus hermanos, huyeron hacia montañas heladas.
- Y murieron.
- No… Esa parte de la historia está más ligada a la historia conocida en tu mundo… Será narrada en su momento.
- ¿Y el último grupo?
- La narración de ellos, padres de tu raza actual, también queda para más adelante, para el segundo libro.
- ¿Cuánto falta para terminar el primero? ¿por qué dividirlos?
- Falta poco ya para el último momento de quiebre en esta historia. A partir de ese quiebre, reset de la memoria; Surge una historia nueva, ciega de sus raíces, tergiversada también, que deberemos dejar clara. Dividir los libros será necesario por haber entre las etapas, Un reset total de olvido.
- Los dejo para que sigan su trabajo – Tahya se despedía llevándose los platos.
- ¿Escribimos?
- Claro – Volví a sentarme ante la máquina. - ¿Por qué volví a ver en tus ojos tristeza? ¿por qué sentí como si tu fueras…?
No me atrevía a terminar la pregunta, ¿Cómo podría ser?
- Escribe y entenderás. - Volví al teclado:
“La visión dheva granka atacante desapareció para los ojos de Mriem VI. Ya no sentía su fuerza sobre él, ya no veía nada a su alrededor. Todo repentinamente se volvió vacío, acompañado de un silencio que duró un pequeño instante para luego llenarse sus oídos de un sonido como de mar amplificado. De pronto fue rodeado por una nube roja que le hacía girar a grandes velocidades. Mientras el sonido aumentaba, un mar del color del fuego lo abrasaba. No podía ver nada excepto esa burbuja de agua roja que lo envolvía. No podía entender lo que sucedía. ¿Dónde estaba? ¿Qué era ese río que cubría sus delgadas piernas y subía por todo su cuerpo hasta cegarlo sin permitirle ver nada que no sea ese torrente rojo? Por fin cesó el río y el sonido. Se encontró de pronto en un túnel interminable de luces multicolores... Rápidamente llegó al final y se abrió ante él la visión de una puerta hacia una ciudad de oro. ¡Lo inundó una sensación de paz! ¡de belleza! ¡De dicha abrumadora! Sabía que estaba ante El Padre, ante la luz misma, en el mundo de la verdad. Y pudo verse claramente. Era igual, nada había cambiado, sus manos se estiraron para tomar las manos hermanas que se extendían hacia él. Pudo encontrar entre los rostros que le sonreían los de sus hermanos dhevas que dejaron sus alas en el plateado suelo de la paz. Supo entonces que había perdido su cuerpo físico y que se encontraba ingresando a la dimensión del cuerpo espiritual. Mas de pronto y sin quererlo empezó a retroceder, el túnel volvía a atraparlo. Sus pasos lo llevaban de regreso… Se encontró de pronto en el sitio del sueño para el cambio. Primera dimensión del ser sin cuerpo, etapa de depuración y recarga de energía. Al ingresar perdió la visión de las cosas. Quedó a oscuras sin poder entender la razón de su permanencia ahí. Un tiempo interminable, pesadamente indefinible, transcurrió escuchando protestas y gemidos de seres que sus cegados ojos no podían ver. Llegaban a su descanso. Pasaban por la depuración de sus emociones y partían luego de obtener la resignación y tranquilidad, hacia el camino de las dimensiones. Unos tardaban mucho entre quejidos y lamentos para alcanzar la paz del entendimiento de su nueva forma. Entraban y salían. Una y otra vez se repetían los ingresos y los reclamos de las almas desencarnadas en sus oídos. Él siguió ahí, en el sueño de eternidades. Permaneció en silencio, sin quejas, con la boca llena de preguntas en espera. No veía nada y de pronto pudo divisar un espacio helado, no podía ver el suelo de tanta neblina cubriéndolo, pero veía un horizonte de luces azuladas y verdes, auroras boreales nunca vistas antes por él según creía, algo lo tropezó para correr a su costado hacia adelante, un ser diferente a sus recuerdos, un ser cuya cabellera brillaba recorriendo desde su cabeza toda su columna hasta formar una cola inmensa dividida en siete, un ser que huía de algo a sus espaldas… giró y pudo ver muchos seres como el anterior corriendo hacia él, tropezando con su cuerpo para perderse tras el primero ¿De qué huían? ¿Quiénes eran? Veía como despavoridos corrían tratando de evitar lo inevitable. Él, en medio de la carrera, no lograba entender y avanzó en sentido contrario tratando de encontrar respuesta. Pudo ver sus rostros, sus cuerpos, corrían utilizando sus 4 extremidades que se hundían en la niebla, sus cabellos brillantes tenían diferentes colores, sus ojos rasgados y grandes eran semejantes a los suyos, pero no iguales, sus narices grandes uniéndose a sus bocas como hocicos, sus orejas altas, sobresaliendo de entre sus cabellos, notó que sus cuerpos estaban cubiertos de pelaje corto, tan brillante como sus colas de largas hebras divididas en siete. De pronto uno de ellos, que se apoyaba en tres de sus extremidades para correr mientras con el cuarto brazo sostenía un pequeño ser igual, se detuvo ante él y con gesto angustiado emitió un sonido de gruñido que sin entender de que manera, Mriem VI escuchó como una voz diciendo “Huye, te necesitamos bien, eres nuestro guía, qué haremos sin ti, corre”, luego siguió corriendo ante el asombro inmovilizante de Mriem VI cuyos ojos siguieron al ser hasta perderse… ¿Mae III? ¿Por qué ese nombre venía hacia él como si conociera al personaje? Volvió la mirada hacia el cielo azul verde, viendo caer una luz extraña que encendió de pronto todo hasta cegarlo. Sintió como si su cuerpo se quemara y luego nada, oscuridad y silencio nuevamente.”
- ¿Mriem VI estaba muerto o en un hospital sufriendo alucinaciones?
- No, ni uno, ni otro. – Su risa volvía para quitar de su rostro, un nuevo gesto de tristeza con algo de intriga.
- Mriem VI había perdido su cuerpo físico, estaba en el lugar de limpieza, recordando quien era realmente…
- ¿Quién era?
- Escribe…
“El recorrido inicial de Baba, no empezó en Nibiru, antes recorrió otros lugares armando o tratando de armar ejércitos a su mando, para poder llegar con todos a destruir el punto de quiebre para la vida, hubo un tiempo anterior al primer gran reset, en que baba causó grandes destrucciones, baba recorrió lugares cercanos atravesando frecuencias, levantando seres de los mismos para seguirlo en su marcha por los agujeros que creó a su paso…”
- ¿Frecuencias? ¿Agujeros?
- Escribe…
“Vamos de lo macro a lo micro… El Todo, es un multiverso vibrante, consciente, multiplicado y multiplicándose permanentemente. Las distintas dimensiones vibran en infinitas frecuencias y según su vibración las diferentes formas de vida que sin encontrarse unas a otras por estar en diferentes frecuencias, comparten su espacio, esto crea un eterno movimiento de expansión…
Cada dimensión posee además, diferentes planos y en cada plano vibran otras frecuencias diferentes a las de las dimensiones. Eso hace posible la vibración de cada espacio o plano y que, a su vez cada espacio crezca afín con su dimensión.
Así mismo, cada plano de cada dimensión tiene universos que vibran en un sinfín de frecuencias diferentes y así siempre están en expansión…
Seguimos bajando en extensión y nos encontramos con galaxias que vibran también en sus propias frecuencias diferentes a las mencionadas ya. Llegamos a los planetas y cada planeta vibra en su propia frecuencia diferente… En una misma galaxia hay muchas vibraciones y en cada planeta de esa galaxia más vibraciones que crean otras frecuencias. Cada planeta tiene formas de vida diferentes y en cada espacio de cada planeta vibran frecuencias no visibles unas por otras… Tan es así, que ahora aquí, tu planeta perteneciente a la tercera frecuencia dimensional (vibraciones de la tercera dimensión), alberga en su espacio diferentes frecuencias, siendo que su plano en la tercera dimensión, al cual pertenecen tu galaxia, los planetas que conoces y la zona “universo” conocida por tus científicos, es un espacio (también llamado plano) que vibra en la segunda frecuencia (vibraciones de los planos).
El tipo de vida que conoces, los cielos, árboles, seres que puedes ver y sentir, pertenecen a un planeta que, vibrando en la segunda frecuencia de su plano, alberga dentro de sí, un sin número de frecuencias nuevas (vibraciones). A estas frecuencias dentro de tu planeta perteneces tú y todo lo que puedes ver, vibraciones que están en la séptima frecuencia planetaria…”
- Explicarlo es complicado, comprendo que entenderlo más, pero es información que llega a saberse con investigación, información que aclarará como ya sucedió con otros mundos, y en algún momento de tu historia pasada y olvidada, la pregunta eterna sobre “el tiempo y el espacio”. No necesitas entenderlo ahora, pero la vibración es ilimitada.
- Esta bien…
No, no lo entendí… Me sentí como un niño de primer grado pretendiendo entender trigonometría. Tal vez más adelante, si estoy vivo aún, cuando la ciencia lo entienda y lo explique ¿pueda entender? ¡Espera! ¡Le estoy creyendo! Estaba más sorprendido de mí, que de la historia que me narraba… Siguió:
“Mriem VI no sufría alucinaciones, recordaba… Ahí, en ese espacio sin paisaje de la primera dimensión, despertaba sin saberlo a cada uno de sus recuerdos, a momentos pasados que creía no tener… Durante el recorrido inicial de Baba, en el tiempo anterior al primer gran reset, su primera casa, primer espacio de su nacimiento corporal, había sido destruido… Ese ser que corría huyendo de la gran destrucción, era la madre, su madre, en aquel tiempo, la madre principal de su “manada” Mae III. El pequeño en sus brazos, el verdadero Victus VII también en su primera encarnación, era uno de sus hermanos pequeños, minutos antes de ser entregado en brazos de los hermanos que huyeran del lugar en sus naves… Él, Mriem VI, había sido líder de su mundo Ayvic, bajo el nombre de Lobus I. Su grupo que había vivido una civilización muy avanzada tecnológicamente, retozaba plácido entre el amor y la calma, entre los placeres animales, los aullidos musicales, los gruñidos como lenguaje y las deducciones matemáticas, en sus montañas heladas criando nuevos hijos e hijas, algunos optarían por el vuelo compartiendo, resguardando otros lugares, otros se quedarían a sostener su civilización de cánidos humanoides, los linajes de las Mae, las Tahya, las Yaeb, las Trino... Los Lobus, los Vento, los Victus, los Traeyt. Todos huían despavoridos para embarcar, pero no todos lo lograron, muchos cayeron bajo el bombardeo, quedando también cegados, perdiendo la vida bajo la fuerza de una explosión que no tocó a los hermanos que lograron huir, que debieron para hacerlo, cambiar de frecuencia dimensional, pasando desde la sexta frecuencia en la tercera dimensión, lugar originario de su mundo Ayvic, hasta el consejo de las galaxias ubicado en la frecuencia siete de la quinta dimensión. Ayvic explotó pulverizándose, arrasando con la vida de su suelo y todo planeta cercano, creando esta explosión un fenómeno de implosión total de la zona, un momento de involución de la tercera dimensión, que se vio contagiada por el caos creado en cadena, un reset mortal, criminal, el primer gran reset, capaz de tambalear el multiverso, el alma misma del todo.”
- Tengo preguntas, pero no sé cómo hacerlas…
- Haciéndolas.
- Uff, necesito un trago…
- No es bueno necesitarlo, pero si lo deseas, hay un poco de pisco.
- ¿Puedo?
- Claro… - Se acercó a una estantería y abriendo una pequeña puerta sacó una botella y un vaso, sirvió y me lo alcanzó.
- ¿Tú no tomas?
- Ahora no, prefiero el café, además no lo necesito… - Sonreía con su frase. Me bebí el pisco de un trago y sin pensarlo estiré el vaso de regreso, volvió a servirme.
- Gracias. ¿Lobos de siete colas? ¿Zorros?
- Especie entre el lobo y el hombre…
- ¿Hombres lobo con siete colas? – Apuré el segundo vaso de un sorbo.
- Algo así, una especie de otro espacio, no lobos de aquí.
- Y el reset… ¿involución de la tercera dimensión? ¿Esta en la que existimos hoy?
- Sí.
- ¿Quieres decir que en un momento desaparecimos o casi…?
- No, tú no, la vida como se conoce hoy no. Estos sucesos se dieron antes de la existencia de la tercera dimensión como hoy la conoces y la vives, hubo de ser reseteada y renovada, debió reiniciarse todo mientras los pocos salvados fueron refugiados en el consejo de las galaxias, en la quinta dimensión.
- ¿Y pudo reiniciarse igual?
- No. Ayvic nunca más fue, aunque existe un lugar ubicado en el primer plano de la tercera dimensión conocida hoy, que vibra en la frecuencia quinta, al que llamaron igual, Ayvic; Cuna de una raza similar, seres de menos tamaño, aunque la especie es parecida, ya que los refugiados fueron los colonos del lugar. Tal vez un día puedas conocerlos…
- ¿Yo? - ¿Me estaba tomando el pelo?
- ¿Por qué no?
- Espera… ¿Victus VII no llegó con Victus III de otro lugar?
- Sí, Los Victus no fueron colonos en el nuevo Ayvic, se quedaron en Gabión, planeta también nuevo de la tercera dimensión, ubicado en la séptima frecuencia dimensional. Lugar donde los cuerpos necesitaron mucha tecnología para avanzar y sus formas originales se afinaron y metalizaron, no así sus sensitividades que fluyeron siempre en ayuda hacia otras regiones. En la nueva tercera dimensión, volvieron a nacer espacios, todos nuevos, mundos niños, creándose nuevas especies, nuevos sitios, dejando igual una huella de su antigua forma en el centro de la misma.
- Es difícil de asimilar… Hubo un reset total. ¿Cómo a pesar de eso, el hombre sigue matándose?
- Mientras el hombre pierda la memoria de sus tiempos, estará condenado a repetir su historia.
- Suena terrible…
- Lo es.
- ¿Y Mriem VI pudo recordarlo todo?
- Sí, aunque por necesidad de tiempo y forma, luego debiera parcialmente olvidarlo. – Hice silencio, todo sonaba tan… LOCO. –
- ¿Seguimos? – Continuó dictando.
“Los recuerdos de Mriem VI se agolpaban ante sus ojos, pasando del frío al calor, logrando verse en la piel que vistiera antes de lo que él suponía su primer nacimiento como dheva. Un mundo de cielo tornasolado y altas montañas frías, con imagen de lobo alfa retozando con sus iguales, sintiendo todo el reino físico, la densidad de sangre y sudor fluir por sus venas, la agresividad de los encuentros de cuerpos al aparearse en contraposición de su etéreo vuelo, su castidad y continencia como dheva príncipe. Lo rechazaba, no quería aceptar ese recuerdo, su forma final tan amada, su entrega al silencio, contra el ruido de una manada no coincidían en su mente. Otra vez quedaba ciego sin lograr respuestas, otra vez gemidos ajenos entrando y saliendo de la primera dimensión y nuevas imágenes muy claras de su dolor al sentirse dividido en dos, al saberse uno en dos cuerpo y verse separado de sí mismo y sentir desvanecimiento al alejarse una de sus partes en un destierro y sentir frío y terrible desconcierto al verse enajenado en un límite hacia el vacío, límite donde todo daba vueltas, donde no podía entender por qué debía lanzarse aún sabiendo que era lo que esperaban de él y ver a Veda I socorrerlo y caer sintiendo que Veda caía también y respirar sangre y químicos hasta quemarse su garganta, sus ojos y dejar de latir… Sí, él había sido Anumgel reencarnando como Mriem VI, pero siendo Anumgel una parte de sí, ¿no era también Belshú? No, no quería verlo, no podía ser él, el personaje destructor de su raza… Otra vez silencio, bruma, oscuridad, otra vez voces y quejidos y el tiempo incontable pasando sobre él en una sensación de borrachera que no permitía entender si había un hoy, o todo era una pesadilla de un ayer. Al cabo de un eterno y para él injusto e interminable tiempo que no podía medir, una voz lo guió y abrió sus ojos permitiéndole ver los mundos de las dimensiones del espíritu sin quedarse en ellos. Ver sin saber ¿por qué? ¿Para qué? Gama I presente en forma de luz ante él, lo llevó a recorrer cada espacio, pudo ver conscientemente la primera dimensión en donde estaba, donde todo era como entre nubes y luz, visitó el ingreso a la segunda dimensión, sin poder acceder a ella por no pertenecer al reino correspondiente, pudo ver el movimiento de los mundos de la tercera, en donde la tierra seguía su marcha y la luna, su amado espacio de plata seguía a pesar de la invasión, resguardando la vida del planeta azul, paseó por la cuarta dimensión entendiendo la necesidad de cumplir cada camino en su tiempo justo, admiró la quinta dimensión añorándola como el lugar al que le correspondería ir, sin poder ingresar en ella, caminó por la sexta dimensión sintiendo enloquecer su mente y sus ojos entre tanto absurdo paisaje de mentiras que solo creaban sufrimiento, constató en el laberinto acelerado de la séptima dimensión la confusión sedienta de daño de sus habitantes, tanto como la ayuda de serenidad de los hermanos que de la décima dimensión cruzaban los planos en donde la manipulación hacia la tercera dimensión ponían en riesgo a seres inocentes… Observó en la puerta de la octava dimensión el dolor y la rabia de sus habitantes gobernados por el miedo, sintiendo tristeza y escalofrío, para pasar inmediatamente por un ingreso extraño que no le fue permitido, era el inicio de la novena dimensión, cercanía que logró causarle gran debilidad y mareo, teniendo que regresar a la primera dimensión a reponer fuerzas…Luego de otra larga etapa de ceguera y quejidos ajenos, Gama I regresó para llevarlo a un nuevo recorrido. Entonces pudo ver el jardín de la sabiduría en la décima dimensión Lugar de espacio propio, donde todo es visiblemente real y transparente. Pueden verse grandes espacios de hierbas y flores de todas las formas imaginables, pero aun sabiendo que están ahí, parecen fantasmales, atravesables. Ahí no hay sonidos, hay un inmenso silencio que no molesta, que es hermoso. Ahí están los seres de espíritus evolucionados. Seres que, una vez concluida su evolución en la quinta dimensión, llegan a seguir camino, seres de infinito amor, comprometidos con ÉL TODO. Decidiendo a que lugares deben y pueden dirigirse por justicia. Preparándose para emprender el camino de ayuda a sus hermanos corpóreos de otros espacios dimensionales. La décima dimensión, la universidad, zona de especialización y prácticas hacia el amor, zona de cuerpos casi intangibles, convertidos en luz vibrante. De pronto Gama I y él, habían dejado ese sitio llegando en su paseo a la onceava dimensión. Mriem VI no pudo escuchar, ni ver nada. Gama I le dijo que ese espacio dimensional, es el punto del nacimiento de las energías individuales, antes de dirigirse a ser corpóreas por vez primera en la tercera dimensión. Siendo también el lugar de olvido del pasado de las energías que, por haber perdido su oportunidad física bruscamente antes de tomar conciencia de la misma, volverían a nacer en cuerpos físicos. No se le permitió ver con claridad ese lugar, aun no era el momento. Solo podría ingresar de ser el caso, antes de partir para volver a empezar. El paseo siguió esta vez, deteniéndose en el portal de la doceava dimensión. El sitio de la esencia más pura y vibrante de las energías. El lugar de descanso para renovar fuerzas de los más evolucionados, aquellos que, por no necesitarlo, ya no tienen una forma corporal, ni un tamaño tangible y sin embargo, son las mayores fuerzas y pueden de ser necesario, tomar cualquier imagen en su camino de ayuda. Es el lugar del Doctorado, descanso, creación y comunión. Lugar de los trabajadores energéticos que mantienen el equilibrio siendo partícipes con el TODO de la creación infinita, conscientemente unidos a la consciencia total que es la treceava dimensión. Lugar imposible de ver para Mriem VI, siendo regresado nuevamente a la primera dimensión. Otra vez tortura, quejidos, ceguera hasta verse de pronto caminando por fuego helado, sí, podía ver su cuerpo, sus pies, sus manos, pero no era igual, algo había cambiado… sentía el suelo áspero, seco, congelado, tenía un frío aterrador recorriendo todo su cuerpo. Dolía, cada movimiento, cada latido de su sangre parecía vidrio en sus venas, era un dolor indescriptible, mezclado con rabia, una rabia nunca antes sentida por él, amargando su estómago y su boca, sentía un nudo asfixiante en la garganta que lo hacía recordar al hermano dheva granka sobre él… La debilidad dolorosa que recorría su cuerpo y su mente, parecía ser capaz de llevarse su último aliento, el aliento de su esencia y luchó por mantener la calma a pesar del aplastante sopor, del frío, del dolor quemante, del miedo… No entendía y de pronto recordaba al grupo de dhevas expulsándolo por no ser manipulable para baba, recordaba al grupo de dhevas grankas armando naves y armas con él, masticando un deseo de venganza disfrazado de justicia, recordaba haber dejado sin quererlo así, su otro cuerpo expuesto y verse caer al lago de vida de Nibiru sin poder detenerlo, sentía que de sus ojos brotaban lágrimas pesadas, duras, amargas y entonces se veía en medio de una guerra aniquilando a sus hermanos, buscando su otro cuerpo, haciendo oídos sordos a las súplicas de clemencia. ¿él? Quién? ¿Qué era él? Entonces miró sus manos manchadas del líquido vital de sus hermanos y bajó la mirada para ver sus pies sobre el frío suelo quemante y al constatar el metálico suelo pudo ver toda su imagen, era él… Belshú. Entonces quiso rechazarse, esa parte de él que habitando otro cuerpo era él mismo, debía ser callada, ahogada, desaparecida, él no podía, no debía ser Belshú, aunque en su recuerdo hoy se uniera a sí mismo para completarse… Quiso salir de ahí y avanzó buscando la puerta, pedía perdón a sus hermanos, suplicaba piedad al no entendimiento de los sucesos y una voz resonaba en su cabeza repitiendo “Ese no era el camino, eras el avatar y debiste despertar a ti mismo para curar a tu pueblo” Supo entonces que estaba en la novena dimensión. No lo sabía, no lo pidió, no lo supo a tiempo, no pudo unirse en un solo cuerpo, ¿por qué esa tortura? Él no debía estar ahí, No podía estar ahí, él amaba y su amor sería su escudo contra el dolor que sentía y su amor vencería su miedo y aceptó el destino de limpiar el daño causado que era su responsabilidad, aun siendo dado por desconocimiento. Pudo sentir calma a pesar del hielo y el fuego y buscó en el espacio a otros que como él sintieran dolor y miedo para abrazarlos, hubo movimiento, mucho movimiento, masas oscuras lo rodeaban para alejarse huyendo y pudo divisar una puerta que supo sería la salida del lugar donde se encontraba. Al cruzar todo su cuerpo se hundió en un espeso lodo hirviente… Escuchó risas, burlas, muchas voces gruñendo y riendo lo rodearon, manos heladas desgarraban su piel, lenguas mojadas recorrían su rostro, golpe tras golpe magullaban su cuerpo mientras reían, las risas ensordecedoras abrían la opción al grito, al empujón, a la agresividad necesaria para sacarse de encima una masa gris maloliente dispuesta a sofocarlo… No lo hizo, lloró, lloró como un niño sintiendo dolor por el dolor de quienes por no llorar reían y hubo silencio. Un portal sobre las cabezas se abrió y Gama I extendiendo su mano tomó el brazo de Mriem VI “Vamos”… “No”, no saldré hasta lograr la paz de los que aquí lloran entre risas, no saldré hasta llenarlos de luz y llevarlos conmigo” Gama I no soltó su brazo, pero no fue necesario jalarlo, de pronto de ese techo una luz tenue alumbró la zona en donde Mriem VI hundido abrazaba a los seres que lo rodeaban y él era luz y los seres cercanos a él empezaron a brillar y como si de golpe fueran livianos emergieron con él del sofocante lodo para elevarse hasta el portal y salir. Luego el portal volvió a cerrarse, fuera de él Gama I sin soltar a Mriem VI, rodeados de seres cuya luz agrisada iba limpiándose le dijo “Debes volver, ellos también podrán ingresar al espacio de recarga y limpieza, pero esto no debe volver a suceder, cada ser tiene su tiempo y sale solo, no eres tú quien debe sacarlos” Estaban de nuevo en el sitio de la ceguera, en la primera dimensión, esta vez divisando a los seres rescatados a su alrededor, tomando cada uno un camino en la bruma. Lo has visto todo porque deberás contarlo una vez entendido, fuiste el primer avatar sin saberlo, tu y yo, ambos avatares de un mundo que dejamos destruir, ambos responsables del mundo que nunca deberá oscurecerse. Olvidarás y recordarás cada paso en su momento, cuando abras las puertas del tiempo y tus ojos acepten la visión del amor total” Gama I Decía muchas cosas que en aquel momento sonaron extrañas. Luego se despidió dejando solo a Mriem VI, pidiéndole templanza y paciencia. Él tenía que partir, en un nuevo cuerpo físico a cumplir un camino de avatar, aunque su momento ya hubiese pasado y sin extenderse en más explicaciones, dejó a Mriem VI ahí. Se quedó en el lugar del sueño perdiendo otra vez la visión de lo que le rodeaba y cayó en un sopor inexplicable que duraría eternidades. Sólo su fortaleza de fe lo acompañaba en un inmenso silencio. Entonces sintió con mayor fuerza las imágenes del dheva destructivo, uniendo como un rompecabezas los pedazos de sus recuerdos, colocando su amor por el plateado lucero como agua sanadora de su incertidumbre, el amor por sus hermanos, por la vida, como estandarte de su camino, rechazando la imagen de Belshú, abrazando la imagen de Anumgel aun siendo el mismo, aceptando su paso animal, dando su lealtad y su fe al camino de la entrega. Después de un tiempo incontable una voz diferente repetía como letanía: “No es tu momento Mriem VI, debes regresar, tu tiempo y lugar es nuevo y cumplirás tu camino. Es una nueva oportunidad”.
¿Nueva oportunidad de qué? ¿Por qué? ¿Qué más debía aprender? ¿Qué era lo malo que debía corregir?... ¿Volvería a tener su cuerpo dheva?
Eso era imposible… Sólo por un plan necesario del Todo, se podría poseer nueva carne. ¿Quién era él para ello? Un dheva sin experiencia, con muchos reclamos y demasiada confusión. ¿Por qué él? La voz se confundía con un ruido de estática sin responder las preguntas.
De pronto todo fue silencio y oscuridad. Siguió una pesada sensación de movimiento en sus manos, que se mezclaba con la imagen desde la altura de un pequeño ser terrestre, una criatura que corría entre hierbas alumbrada por una luz cegadora para Mriem Vi, pudo ver a la criatura ingresar a un edificio y perderse subiendo unas escaleras siguiendo a alguien mayor. Luego Mriem VI sintió un punzante dolor de cabeza y de pecho y toda imagen se borró. No podía ver lo que estaba sucediendo. Sintió el movimiento de su cuerpo temblando. No podía abrir los ojos, pero poco a poco la sensación de cuerpo físico se fue haciendo más real costándole un gran esfuerzo levantar los párpados. Sus ojos se humedecieron por una luz muy fuerte que entraba por un gran ventanal alumbrando un descanso al pie de unas escaleras. Nunca antes había sentido ese brillo hiriente sobre él. Por fin, con los ojos húmedos pudo ver, era la luz del astro sol que brillaba a través del ventanal, a la altura desde donde él antes miraba… A su lado la niña mayor le hablaba en un idioma confuso que Mriem VI aún no lograba entender. La niña era quien acompañaba a la criatura humana, la criatura era ahora Mriem VI.”
- ¡¡¡Espera!!! No reencarnó, Mriem VI ¡poseyó un cuerpo!
- No… Mriem VI en todo el ultimo tiempo de ceguera, esperó a que el cuerpo que sería su receptáculo esté listo para recibir su consciencia, no reencarnó, encarnó, aunque en un principio de su vida corporal humana, fuera solo de manera instintiva, más animal.
- ¿Eso es posible?
- En este caso sí, ya a la edad de la criatura humana era muy difícil la adaptación consciente, imagina siendo menor.
- ¿Qué edad tenía?
- Siete, a poco de cumplir ocho…
- Resulta alucinante, increíble… ¿Cuándo fue eso? ¿Qué sucedió después? ¿era un avatar o algo así? ¿Murió ya?
- Vamos con clama… Año 1962 de esta era, los hermanos Shivas de las cordilleras heladas, tal como lo hicieran en otras épocas humanas, prepararon un cuerpo por nacer y dotaron al recién nacido, de las capacidades físicas necesarias para cumplir un camino especial.
- ¿En otras épocas humanas?
- Mriem VI y Gama I, fueron avatares de Nibiru, no de la tierra y al no salvar su suelo, ambos desde el satélite de plata que conocemos como luna, fueron guardianes de este mundo, Teramar, planeta tierra. Gama I llegó en un momento determinado de la historia de la tierra, así como Mriem VI en la actualidad, para ser guardianes de un mensaje de amor y apuntalar con su conocimiento y recuerdo completo, el camino de los cinco avatares humanos que llegaran en momentos diferentes de la historia de este planeta, como maestros de amor.
- ¿Quieres decir que hay cinco avatares humanos?
- Hubo… Tempo I antes de la llegada de Gama I, luego Yesiu I, Boro I, Goru I antes del reset parcial que sufriera este espacio y, por último, Traeyt I quien, por ser el último avatar humano, fue dotado de la compañía del primer avatar Mriem VI, quien fuera llamado desde su llegada, el gemelo.
- ¿Por qué la tierra? ¿Por qué baba no busca otro lugar? ¿Destruir todo es el camino que busca, el juego o el final?
- Porque aquí se unen las razas, aquí permanecen, aquí esclavizan y ciegan vidas absorbiendo su dolor, su hambre, su energía. Porque aquí se unen hoy todos los seres comprometidos con el amor para detener por fin los resets… porque es este planeta el ombligo, el centro exacto del plano dimensional, capaz de absorberlo todo involucionando la luz, desapareciendo la vida y como ya te dije antes, el único que puede enfrentar a baba y regresarlo al lugar que le pertenece, es el que por estar preparado física y energéticamente para ello, es el avatar escogido.
- ¿Cómo es posible? Es una locura… ¿Quién es él? ¿Dónde está el último avatar humano?
- Lo mataron.
- No puede ser, nunca se supo nada, ¿No hicieron publicidad?
- Realmente crees que un avatar destinado a amar y de esa manera enseñar a utilizar al hombre todas sus capacidades para SER, para crecer energéticamente en amor ¿haría publicidad? No hablo de sectas o religiones buscando un chivo expiatorio para manipular las consciencias buscando el “ruido” mediático necesario para sus fines, hablo de un libertador del amor y las consciencias real.
- Si lo mataron… ¿No es tarde para escribir esta historia? ¿no es tarde para creer en esa libertad de la que hablas?
- El gemelo, asumió el camino del avatar, por primera vez en la historia el uno no llegó solo, vino con otro avatar. El uno cumple, cumplirá el destino de los dos. No, no es tarde.
- ¿Quién es Mriem VI? ¿Lo conozco? – Tuve miedo al preguntar…
- Mriem VI es el Guardián, el último Dheva.
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